lunes, 31 de octubre de 2011

Arapur, arapir

Erase una vez en un reino muy, muy lejano, que vivía un rey poderoso muy querido por su pueblo. Este rey se llamaba José Mari, y era conocido por llevar diversos aderezos como pendientes de gran tamaño.

En su corte estaba el mago oriental Chin-Pun. Un día Chin-Pun presagió que un mal cernía a su rey. Empezó a soñar con el demonio, por lo que dedujo que el demonio quería robarle todo el poder a su rey.

Cuando el mago oriental Chin-Pun se lo dijo al rey, éste quedó muy preocupado. Sin embargo, Chin-Pun comentó muy contento: “José Mari, no esté preocupado, porque ahora que sabemos que el demonio quiere robarle el poder, podemos idear un plan para evitarlo”.Y así fue. Ambos idearon un plan, para estar preparados para cuando el diablo llegara.

Un día el diablo apareció en la corte. Lo reconocieron enseguida por su apariencia. Tenía una larga nariz puntiaguda y dos cuernos que le sobresalían del pelo. Chin-Pun estaba preparado, y en cuanto vio al diablo pronunció su conjuro: “Arapur, arapir, muy lejos te vas a ir”

Finalmente, el diablo terminó desterrado encima de una tabla de surf en medio del mar para el resto de la eternidad con una gran ave fénix vigilándolo para que no escapara jamás.

Y Chin Pun, este cuento se ha acabado.

Caperucita, 1; Manhattan, 2




El final estaba equivocado.

MARTÍN GAITE, Carmen: Caperucita en Manhattan, Madrid, Siruela.

La autora de esta versión del cuento de Caperucita Roja que Charles Perrault publicó en 1697 fue una reconocida pluma de las letras españolas. De hecho, Carmen Martín Gaite (Salamanca, 1925) obtuvo, antes de su fallecimiento en 2000, distinciones tan reconocidas como el Premio Nadal -logrado tan sólo tres años después de publicar su primera novela-, el Nacional de Literatura y el Príncipe de Asturias de las Letras.

Caperucita en Manhattan se publicó por primera vez en 1990 y ya va por su 44ª edición, lanzada el pasado mes de junio. Pese a este precedente, y teniendo en cuenta que su autora fue una afamada escritora, he de reconocer que no había hablar nunca antes de esta versión del cuento de Caperucita Roja. Quizá es porque nunca fue una de mis historias preferidas en la niñez -jamás llegué a empatizar con el lobo- pero la curiosidad por ver cómo se planteaba esta historia en los tiempos modernos y el hecho de que la acción transcurriera en Nueva York, una de las ciudades que me gustaría visitar, fueron los motivos para decantarme por esta historia como una de las cinco lecturas de la asignatura. Lo tuve tan claro desde el principio que ha sido uno de los dos únicos libros propuestos que me he comprado; los tres restantes los pedí prestados en la biblioteca municipal de mi ciudad.

No obstante, he de reconocer que, como ya me sucedía con el original, esta versión no ha terminado de convencerme. Y es curioso porque, de entrada, leer la historia de una niña que defiende la libertad como única forma posible de encarar la vida ya suponía muchos puntos a favor de la obra. Pero, en mi opinión, se ha quedado a medio gas y no ha llegado a impresionarme tanto como pueden haberlo hecho las lecturas anteriores (Memorias de una vaca o La Catedral, por ejemplo). Hay que reconocer que se rompen muchos de los esquemas del cuento original y que, en realidad, podría decirse que Sara Allen, la protagonista de esta versión, es a Caperucita como el anverso de una moneda a su reverso, pero la obra no ha terminado de gustarme. Demasiado plana. Pese a ello, hay una excepción: el personaje de Miss Lunatic, muy cinematográfico y ciertamente fantástico, que me ha resultado interesante. Con todo ello, creo que el libro podría ser apropiado como lectura de clase al ser una defensa a ultranza de la libertad individual, un tema muy apropiado precisamente en la adolescencia, en la que predomina el deseo de sumarse a la masa, pero lo que sí tengo claro es que debería proponerse para edades tempranas, es decir, segundo o tercer curso de la ESO por la sencillez del estilo de la autora, que facilita su lectura y comprensión. Algo debe de funcionar en él cuando lleva ya más de cuarenta ediciones.

Y, en cuanto a mi opinión personal, quizá es que me ha sucedido todo lo contrario de lo que se proponía su autora cada vez que se enfrentaba a una historia: yo no he sido una lectora activa y fiel dispuesta a que la obra me contara lo que buenamente quería porque lo cierto es que no pude dejar atrás a la Caperucita original que nunca me llegó a gustar. Y porque entre ella y Manhattan, lo tengo muy claro: yo me quedó con el jamón.

domingo, 30 de octubre de 2011

Silencio en el corazón. Jaume Cela


Silencio en el corazón. Jaume Cela.

“Hay silencios que son más elocuentes que cualquiera de los discursos más exaltados, que toda clase de declaraciones que recogen los sagrados principios por los que nos regimos. El silencio de aquellos días era de esta naturaleza. Silencio en casa. Silencio en la calle y en la plaza. Silencio en la escuela. Silencio en el rio. Silencio en nuestros corazones, como si viviésemos como máquinas”

Jaume Cela narra la visión que dos adolescentes tienen de la Guerra Civil española. Ambos crecen en este ambiente de guerra e injusticias que marca sus vidas y transforma su personalidad. El autor relata como el pueblo en el que viven estos adolescentes, sus amigos y sus familias se ven afectados por la horrible guerra que se llevará con ella la paz y tranquilidad, ya no de un pueblo, sino de todo un país. Cabe destacar que la obra tiene un tono muy realista tratando temas como la muerte con toda naturalidad. La obra nos cuenta cómo Xose, el protagonista, enferma tras sufrir una enorme impresión al encontrar a un hombre muerto en el río mientras juega con su cuadrilla. Esta será solo la primera vez, a partir de ahí volverá a enfrentarse a la muerte convirtiéndose, a la fuerza, en un adolescente más maduro. Esta guerra dejará un gran silencio en los corazones de los habitantes del pueblo que les marcará de por vida.

En mi opinión, es un libro apto para alumnos a partir de un nivel de tercero o cuarto de la E.S.O., ya que narra claramente situaciones bastante sensibles. Ya no solo trata temas como la muerte, también se tratan otros como la violencia de la guerra, la importancia de los sueños y la fuerte amistad entre los dos adolescentes. Una gran amistad que les ayuda a llevar de manera más serena estos acontecimientos tan duros que les hacen crecer tan rápidamente. Al mismo tiempo, la obra sirve de apoyo para que los alumnos puedan conocer algo más sobre la Guerra Civil, sus causas y su desarrollo, así como las ideas que llevaron a ambos bandos a entrar en conflicto. Para finalizar, me gustaría añadir que el libro se puede trabajar también en clase de gallego o de catalán ya que podemos encontrarlo en esas dos lenguas. Desde luego, la obra de Jaume Cela no me ha dejado indiferente. Una buena dosis de realidad, de historia de España, y de fuertes sentimientos e ideales.

MORIRÁS EN CHAFARINAS, Fernando Lalana





Morirás en Chafarinas, publicada en 1990, es la primera obra del autor, para la cual se inspiró en la experiencia de su propio servicio militar en Melilla. Fernando Lalana es autor de más de cien libros de literatura infantil y juvenil y ganador de numerosos premios, como por ejemplo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil que consiguió en 1991 gracias a esta obra. Morirás en Chafarinas, además, en 1995 fue llevada al cine, siendo el autor uno de sus guionistas.


La acción de la obra se sitúa en el cuartel militar de Melilla, donde el protagonista, un joven cabo oficinista sin grandes ambiciones, se ve arrastrado por su compañero Cidraque, muy inteligente e intrépido, a investigar la misteriosa muerte de dos de sus compañeros en extrañas circunstancias. Pronto habrá más muertes, y tendrán que implicarse cada vez más para averiguar si están relacionadas entre sí e intentar desenmascarar a los culpables. Para ello tendrán que verse envueltos en varias reyertas, pedir favores a los compañeros del cuartel y viajar junto a los sospechosos hasta las islas Chafarinas, tres archipiélagos muy cercanos a la costa de Melilla. Allí transcurre el trágico final de la historia, donde se descubre finalmente quiénes son los culpables de las muertes. Al parecer, no eran ellos los únicos que estaban siguiendo la pista a los asesinos.


El tráfico y consumo de drogas, el amor, las armas y la violencia serán el hilo conductor de una historia de suspense y aventuras. Desde el primer momento el lector se implica en el relato para ir descubriendo nuevas pistas sobre las misteriosas muertes de sus compañeros y la bellísima esposa de uno de los capitanes. Así, de la mano de los jóvenes protagonistas, se irán desvelando poco a poco las respuestas hasta conocer el sorprendente desenlace de la historia.

viernes, 28 de octubre de 2011

Cuento Caligramas(nombres,paisajes) última clase


La Niña que Quería Ser Princesa

Cerca, muy cerca de nuestra universidad vivía Nerea, una chica
simpática y alegre de 12 años que por encima de todas las cosas
anhelaba convertirse en princesa de cuentos infantiles. Nuestra
pequeña Nerea soñaba despierta, y en esos sueños inalcanzables
despertaba envuelta en perfumes de tierra y mar, creando así un
mundo imaginario de cuentos y leyendas. Nerea poseía un don muy
especial, podía cerrar sus ojos y, al instante, personajes aparecían
embarcados en historias fantásticas. Hubo un día en que su
imaginación despertó bajo un sol brillante en una playa desierta de
los mares del sur, ella vestía un gran traje largo color negro
bordado con hilos rojos formando las iniciales PRP. Nerea comenzó a
caminar hacia unas montañas nevadas que se elevaban en el horizonte,
estaba anocheciendo y tenía que darse prisa por encontrar su casa.
Después de medianoche, y tras estar andando incansablemente durante
horas, se encontró en el camino con un chico llamado Raúl. Raúl
vestía una chaqueta oscura y pantalones oscuros. Al ver a Nerea
acercarse se asustó, dió un salto y empezó a correr para
esconderse. Nerea salió tras él rápidamente con la intención de
no perder su rastro. Lo encontró escondido tras una gran roca en
forma de elefante. No te asustes, dijo la pequeña princesa Nerea, no
te haré daño, sólo quiero que me digas cómo puedo volver a mi
casa. Raúl salió temeroso de detrás de la roca con la mirada
clavada en el suelo, titubeando y con voz temblorosa le dijo: Sólo
tienes que llegar hasta el parque de las visiones que hay detrás de
las montañas e imaginar el camino de regreso.
Nerea cerró sus ojos verdes por un instante, y sus pies empezaron a
elevarse hacia el cielo estrellado de la noche, dejando atrás a Raúl
y a las montañas blancas.
De repente, Nerea despertó tumbada sobre la arena de la playa, en su
memoria sólo recuerdos y tres iniciales bordadas en hilo rojo: PRP
------------------------------------------------------FIN--------------------------------------------------------

CAPERUCITA EN MANHATTAN (C. Martín Gaite)


Caperucita Roja nunca ha sido mi cuento favorito y, al escoger Caperucita en Manhattan, supe que corría el riesgo de que dicho relato creara en mí la misma poca simpatía que el original, si se mantenía demasiado fiel al mismo; sin embargo, me ha entusiasmado ver que del personaje de Caperucita podían surgir nuevas historias y aventuras.

Efectivamente, pocas son las cosas que ambas caperucitas tienen en común: las dos niñas, debido a su corta edad, están en la etapa de formación, de crecimiento; pero el problema que se le plantea a Sala Allen (la protagonista de Caperucita en Manhattan) es muy diferente, puesto que deberá escoger entre uno de los modelos que tiene en su vida: el de su madre, convencional y rígido, y el de su abuela, liberal y exótico.

En una época reciente y en un lugar conocido (Manhattan), la nueva Caperucita tiene nuevos intereses, nuevas ambiciones que la conducen a buscarse a sí misma, a buscar la libertad a través de un viaje que conlleva inevitablemente la soledad:

Por ejemplo, un libro con la historia de Robinson Crusoe al alcance de los niños [...] porque la aventura principal era la de que fueran por el mundo ellos solos, sin una madre ni un padre que los llevaran cogidos de la mano, haciéndoles advertencias y prohibiéndoles cosas. Por el agua, por el aire, por un bosque, pero ellos solos. Libres.

Es a través de las historias de Robinson Crusoe, Alicia o la propia Caperucita como Sara comienza su viaje para, después, gracias a los consejos de su abuela y de Miss Lunatic, llegar a entender que es bueno sentir curiosisdad y dejarse apartar del buen camino para dar paso a la posibilidad, a la crítica del pasado, al conocimiento propio y de lo que nos rodea, a la libertad.

Si yo fuera profesora de secundaria, seleccionaría Caperucita en Manhattan para alumnos de 3º, pues creo que, no solo el texto en sí mismo puede dar pie a comentarios y debates en el aula, por ejemplo sobre el tema de la libertad o de la soledad, sino que también hay muchas referencias intextuales a las que se puede acudir en el caso de que surja esa curiosidad: desde el original de Perrault hasta las múltiples variantes que actualmente existen sobre el mismo.

Llegados a este punto, no puedo dejar de recomentar dos libros que me parecen especialmente interesantes: Cuentos en Verso para Niños Perversos (Roal Dahl) y Caperucita Roja, Verde, Amarilla, Azul y Blanca (Bruno Murani y Enrica Agostinelli).

"¡Sí, ya nos lo sabemos de memoria!" diréis. Y, sin embargo, de esta historia tenéis una versión falsificada, rosada, tonta, cursi, azucarada, que alguien con la mollera un poco rancia consideró mejor para la infancia...

jueves, 27 de octubre de 2011

Cartas de invierno



Cartas de invierno es una novela breve que consigue atraer a los amantes de misterio y las historias tenebrosas. Forma parte de la premiadísima producción literaria de Agustín Fernández Paz (1947), Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, y el autor de literatura juvenil más leído y traducido de Galicia. Esta breve obra ve la luz en 1995, año que fue galardonada con el Premio Rañolas de Literatura Infantil e Xuvenil.

La trama de esta novela no presenta gran complejidad: Adrián es un famoso pintor que decide volver, después de pasar media vida fuera, a Galicia para reencontrarse con sus raíces y poder explorar nuevos horizontes en su pintura. Para conseguir esto, decide comprarse una casa que según la oferta del periódico está encantada. Durante los primeros meses de estancia de Adrián en la casa, se desarrollan una serie de acontecimientos un tanto misteriosos. Xavier, reputado escritor y amigo de Adrián, está en Canadá durante estos primeros meses, por lo que, no lee las cartas que Adrián le ha escrito a lo largo de todo el invierno.

Cuando Xavier lee las cartas, éstas le ponen en antecedentes de todo lo sucedido: un libro de láminas encontradas en el desván de la casa de Adrián, muestran a una chica que constantemente pide auxilio al pintor. Xavier, obligado por la amistad y en auxilio de su amigo, no duda en acudir a Doroña (Vilarmaior) en busca de Adrián, aunque el rescate le acarreará la muerte como le ocurrió antes a su amigo. Pero antes de marcharse en busca de Adrián, Xavier manda la correspondencia a su hermana Teresa, que después de leerla y acompañada por un comisario llega a la casa de Adrián, donde encuentra el lugar arrasado por las llamas y ningún rastro de la cripta donde se supone que han desaparecido sus seres queridos. Inexplicablemente, Teresa encuentra al lado de unos matojos el libro de las láminas del que hablaban Adrián y Xavier en sus cartas. Después de ver la lámina, comprende que éste es el origen del mal, y decide, junto con las cartas, quemarlo todo.

En cambio, la estructura sí que presenta cierta complejidad pues, se presentan tres narradores y cada uno se encuentra en un presente diferente. El primer narrador es el que habla sobre Teresa, el segundo es Xavier, que está contando en primera persona la historia a Teresa, y el tercer narrador son las cartas de Adrián que están escritas en primera persona y cuentan las cosas que le están pasando.

En cuanto al estilo, la historia se cuenta de manera epistolar, esto nos permite analizar psicológicamente a los personajes: Adrián es una persona impulsiva y amiga de sus amigos, Xavier es una persona amigable y decidida, y Teresa es una persona paciente, precavida y que está enamorada de Adrián.

En conclusión, la novela genera terror basándose en la acumulación de momentos que son inquietantes pero no aterradores. Se trata de un tipo de terror que nos lleva a estar inquietos pero donde realmente en la historia no ocurre nada. El final que presenta la novela, es un poco decepcionante porque quizás esperas que termine de otra forma. Pero visto desde otro de vista, se trata de un final abierto con el que el autor consigue activar la imaginación de los lectores y dar la posibilidad de que cada uno construya su final pensando cual ha podido ser la maldición que ha acabado con Xavier y Adrián.

En mi opinión, Cartas de invierno es una obra muy recomendable para usar en el aula, quizás en 3º ESO, por su facilidad para ser leída y lo entretenido de su trama. Asimismo, podría ser una obra que les llevara a leer otras historias de misterio como las de H. P. Lovecraft, una gran referencia de Fernández Paz para esta novela.

miércoles, 26 de octubre de 2011

El Misterio Velázquez (Eliacer Cansino)


En mi interior pensé que todos estaban ciegos. Y que yo sí había crecido, había crecido tanto, que, aunque ninguno lo viese, era capaz de tocar el cielo.

Este pensamiento es el que lleva al protagonista, Nicolás Pertusato, a escribir los "cuadernitos de memorias" en los que dejará constancia de su crecimiento, no físico -ya que es un enano-, sino interior.

Al comenzar la lectura, conocemos a un joven enano milanés forzado a realizar un largo viaje para trabajar en la corte más poderosa de la época: la española. Este viaje no será sólo físico, sino también espiritual: será su salida del paraíso. Y es que, a partir de ese momento, el protagonista deberá enfrentarse a los problemas que se le presenten y aprender de las personas que le rodean, comenzando por su padrino Acedo, la primera persona que le muestra su cruda realidad. Este primer contacto llevará a Nicolás a debatirse entre la vida y la muerte, optando finalmente por olvidar el pasado y adaptarse al presente.

Entre tanto, se inserta el misterio de Velázquez: la creación de Las Meninas y la posterior aparición de la cruz de la Orden de Santiago en el pecho del pintor autorretratado. Esta trama me parece un gran acierto para llamar la atención del lector, siempre y cuando se conozca el cuadro y su leyenda: ¿fue el rey quien pintó la cruz cuando Velázquez le enseñó la obra? ¿Fue el propio pintor? o ¿quizás, nuestro protagonista Nicolás? Sin duda, para lograr este efecto, es necesario acercar al alumno a la obra, al pintor y al mundo que le rodeaba. Dado que la acción se desarrolla en la corte española del siglo XVII, una época que para un lector adolescente puede resultar ajena, sería conveniente aproximar al alumno a la figura de este gran pintor español, a su papel en la corte, a la importancia de ser el primero en retratar a los enanos de la misma y a su fervoroso deseo de pertenecer a la Orden de Santiago. Desconociendo estos datos, no varía la comprensión de la historia, pero sí su interpretación.

Personalmente, El Misterio Velázquez ha cumplido mis expectativas; sólo una cosa no me ha gustado de la novela: la explicación fantástica que se le da a la creación del cuadro, ya que Velázquez aparece como un mero instrumento en manos de una fuerza maligna, y queda así, de alguna manera, desvalorizado ante el lector.

A pesar de ello, sí que utilizaría este libro en el aula de secundaria (tal vez 3º ó 4º curso), porque está muy bien escrito, es de fácil lectura y capta la atención del lector, al mantener la intriga no sólo a través de un misterio fantástico, sino también real e histórico.

martes, 25 de octubre de 2011

CAMPOS DE FRESAS


Autor: Jordi Sierra i Fabla


Debo reconocer, y reconozco, que pequé de ignorante el día en que el profesor nos presentó las obras de lectura y es que, no me parece tan descabellado pensar que un título como “Campos de fresas” pueda hacer referencia a una obra con una temática alegre y divertida, que es justamente lo que imaginé, de ahí la imagen de arriba; claro que, poco me duró este pensamiento…justo cuando Ramón dijo que su temática eran las drogas, mi idílica imagen de Strawberry Shortcake desapareció y definitivamente murió cuando finalicé la lectura de la obra…


Jordi Sierra i Fabra nos presenta una dura obra pero, por desgracia, realista donde un grupo de jóvenes amigos serán los protagonistas de esta intensa historia y digo intensa, porque los 95 capítulos que la componen se desarrollan a tiempo real, desde las 6h 39 minutos de la mañana del sábado, hasta las 19h 29 minutos de la tarde, es por tanto normal que quieras seguir y seguir leyendo hasta saber qué pasa con Luci, una de las protagonistas de la obra.

El argumento es breve: cuatro amigos salen la noche del viernes y deciden probar una pastilla de "eva", ésta está adulterada y junto con un golpe de calor, lo que al principio de la noche parecía iba a ser la diversión asegurada, acaba siendo casi letal para uno de ellos, Luci acaba en coma.

La obra trascurre con la búsqueda desesperada del camello por parte de Eloy, otro de los amigos que no salió la noche del viernes, y que está profundamente enamorado de Luci, por su parte Santi, Cinta y Máximo, los otros tres amigos que salieron con Luci, deciden ayudar a Eloy, encontrar otra pastilla de "eva" podría salvarle la vida a la chica.

Campos de fresas presenta un evidente mensaje contra las drogas pero también, desde mi punto de vista, una crítica de la sociedad en la que nos encontramos; creo que el personaje de Mariano Zapata, el periodista encargado de cubrir la noticia sobre Luci, representa esta sociedad egoísta y sin escrúpulos que nos rodea donde, da igual quién o quiénes salgan perjudicados, lo importante y prioritario es sacar beneficio personal; él quiere esa portada y no le importa el estado de la chica, de igual manera el camello vende esas pastillas sin importar qué lleva realmente entre manos, el padre de Máximo no quiere contradicciones en su formas de pensar y no piensa en cómo siente su hijo y en ese sentido pienso que, aún siendo a grandes rasgos, son características que podrían definir (entre otras) esta sociedad tan maleable, así nos va…


Me parece interesante y necesario que se traten estos temas en la LIJ ya que las drogas están al alcance de todos, si quieres, sabes dónde y cómo encontrarlas y, en la adolescencia, por todos es sabido que las tentaciones resultan ser mucho más atractivas.

La historia tiene todos los ingredientes para enganchar al lector juvenil, protagonistas de su misma edad, cruce de diversas temáticas, como por ejemplo el amor, la lucha de una de las amigas, Loreto, por salir de la bulimia o la noche cómo espacio y tiempo que ellos también comparten y conocen.

Además del factor realismo o “basado en hechos reales”, algo que siempre ayuda a considerar más creíble una historia, Sierra i Fabra al final menciona la sucedido a Leah Betts en 1995, claro mensaje es el que transmite la chica después de esa traumática experiencia “no juegues con la muerte”, y pienso que justo ahí estaría el objetivo de la lectura, aparte por supuesto de la práctica lectora, trasmitir a los jóvenes que no deben jugar con las drogas, ni con el alcohol, ni con esas mentiras a los padres, ni con las amistades peligrosas…al fin y al cabo, de todo ello depende el futuro de cada uno de ellos.


Así pues os invito a leer Campos de fresas pero advierto, nunca un título tan dulce dejó un sabor tan amargo.

Días de Reyes Magos que ya no volverán




Me regaló otro aforismo suyo, por el que -dijo- ya habría merecido pasar holgadamente a la posteridad: "Cuando soñamos que soñamos, estamos empezando a despertar"

PASCUAL, Emilio: Días de Reyes Magos, Madrid, Anaya.

Con Días de Reyes Magos, Emilio Pascual (1948), logró dos importantes reconocimientos literarios: el premio Lazarillo en 1998 y el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil dos años más tarde. La historia se centra en un adolescente, Ulises, que, como tal, se enfrenta a una época difícil en casa y en el instituto y al que, sin embargo, la literatura, que llegará a él como un regalo de Reyes Magos, lo salvará de su particular odisea.

El libro arranca con una frase que me parece tan sencilla como desgarradora: "A los ocho años supe que los Reyes Magos no existían". La pérdida de la inocencia, pues, se convierte de forma clara en el tema central del libro ya que, aunque Ulises tiene ya 17 años, está, sin saberlo, a punto de iniciar un proceso de maduración que lo llevará, de forma irremediable, al mundo de los adultos. O sea, uno de los tópicos habituales de la literatura denominada juvenil. No obstante, en Días de Reyes Magos ese tránsito se hará más llevadero a través de la lectura por la que le guiarán todos los que rodean al protagonista -de hecho, el libro está lleno de referencias de títulos, argumentos y frases de una treintena de obras-, que no conocerá este engaño hasta el final. Tal y como sucede con los Reyes Magos. Personalmente esta temática me ha gustado por cuanto tiene de añoranza de la infancia, siempre agradable de recordar. Al estar escrita por un Ulises ya adulto, recoge algunas observaciones para la reflexión como la relación con los padres, que, no obstante, creo que los jóvenes no podrán hacer en toda su dimensión, o incluso compartir, dado que en ellos todavía no han transcurrido los veinte o treinta años que, según se dice en el libro, separan a un niño de un adulto. Algunas de las referencias literarias me han parecido interesantes y me han despertado, incluso, el gusanillo por leer algunas de las obras citadas, pero el poema del Quijote se me hizo, sinceramente, muy pesado de leer. Reconozco que es todo un ejercicio de literatura por parte de un escritor obsesionado por esta novela de Cervantes pero un poema que ocupa once páginas en un libro destinado supuestamente a un público juvenil no creo que sea lo más oportuno para engancharles a la lectura. Yo, lo confieso, sólo estaba deseando que terminara.

Éste es, de hecho, uno de los aspectos negativos que creo que tiene la obra de Emilio Pascual como lectura de clase. Además, el hecho de estar tan plagado de guiños literarios explícitos e implícitos puede tener dos efectos: o atraer a los jóvenes a alguno de los libros que se citan en él, objetivo que se podría trabajar en clase, o, por el contrario, alejarlos de la propia lectura de Días de Reyes Magos. Se podría utilizar como lectura previa o posterior al Lazarillo de Tormes, dado que el papel de Ulises con el ciego es el mismo, aunque en realidad sea el ciego el que va guiándolo a él a través de la lectura. Lo cierto es que creo que este libro puede ayudar a los jóvenes a enfrentarse a la ruptura que supone el paso a la juventud y madurez, haciéndose con él más conscientes de esa etapa vital, y está tan lleno de referencias literarias que sería casi imposible no trabajar sobre ellas y sobre la lengua en clase, proponiendo, por ejemplo, que cada alumno escribiera una redacción sobre su libro favorito, pero no creo que puedan aprehender todo el contenido que hay en él acerca de este momento, debido a que se encuentran en el kilómetro cero de ese desencuentro, lo que impide una visión reflexiva. ¿Recomendaría entonces este libro? Quizá no. Pero, después de leerlo, sí tengo más claro que me encantaría que volvieran los días de Reyes Magos.


domingo, 23 de octubre de 2011

Memorias de una vaca algo loca, que no tonta



Ese día, el día en que tuviéramos suficiente barro en las manos, sabríamos cuál era la realidad.

ATXAGA, Bernardo: Memorias de una vaca, Madrid SM.

Este libro, escrito por una de las figuras más destacadas del panorama literario vasco, recoge los recuerdos de una vaca, Mo, que va narrando en primera persona los sucesos más destacados de su vida desde su nacimiento. Estos hechos tienen como trasfondo temporal la posguerra española y como telón espacial, el País Vasco. Bernardo Atxaga, pseudónimo de Joseba Irazu (1951), escribió parte de este libro en París y lo vio publicado en 1992.

La primera palabra con la que se me ocurre describir este libro es que es muy divertido. Atxaga ha retratado en él a una vaca refranera y algo alocada de cuyo proceso de crecimiento emocional, o, lo que es lo mismo, el abandono del paraíso vacuno para pasar a engrosar el infierno de la madurez, son testigos todos los lectores. Muy divertida y alocada es también la monja Bernardette, una percepción que se acentúa por el habla, en la que se entremezclan a partes iguales el castellano y el francés y que ayuda a dibujarla como alguien realmente singular. De hecho, es la única persona humana de la historia que entabla diálogos, y diálogos coherentes, con Mo. Atxaga, además, nos acerca a un contexto histórico sobre el que creo que casi nunca se reflexiona cuando se habla de la Guerra Civil: qué pasó a su fin, sobre todo, en los pueblos pequeños, en los que todos se conocían. Tras vivencias de todo tipo, Mo hace en su capítulo final un canto a la vida y al optimismo con la decisión de seguir escribiendo sus memorias para seguir viviendo.

No obstante, aunque me parece un libro muy ameno y, pese a los saltos temporales, muy fácil de leer, no sólo por el personaje de la vaca humanizada sino por el frecuente recurso al diálogo, incluso con esa voz interior a la que Mo llama El Pesado, creo que la lectura por parte de los jóvenes correrá el riesgo de quedarse en un plano superficial. Es más: quizá no se lo recomendaría a un adulto -aunque si cayera en sus manos el libro le animaría, sin duda, a leérselo- peo me parece que los adolescentes de secundaria pueden perderse el sentido profundo que hay detrás de algunas de las reflexiones de la protagonista. Entenderán el significado semántico de lo que en ellas se dice pero, casi con toda probabilidad, no alcanzarán a comprender realmente, y a reflexionar, por falta de vivencias, sobre lo que está diciendo Mo, auténticos pensamientos filosofales que, en ocasiones, confieso, me llevaron a cerrar el libro para pensar sobre ellos. Es como si esta obra pudiera leerse en varios planos: en la epidermis podría situarse la lectura de un público joven y sin demasiadas referencias vivenciales; en la dermis, la de un lector algo más mayor que puede utilizar su experiencia para dotar de un significado más complejo a las reflexiones de la vaca. Pese a todo, dentro del proceso de formación de las personas que también le compete al docente, el libro podría dar pie al trabajo de esas cuestiones actitudinales y algo filosóficas en el aula, por ejemplo, con la plasmación de algunas de ellas en la redacción, por parte de los alumnos, del capítulo con el que Mo podría iniciar el segundo volumen de sus memorias.

La Catedral, o cómo vivir una aventura medieval




Pero supongo que un hombre no puede escapar a su destino, y que si la naturaleza te dotó de un don tan prodigioso ha de ser por alguna razón.

MALLORQUÍ, César: La Catedral, Madrid SM.

La Catedral vio la luz en 2000. Obra del barcelonés César Mallorquí (1953), que antes de dedicarse por completo a la escritura fue periodista y creativo publicitario, se llevó el premio Gran Angular de ese año. El autor novela en ella la historia del joven artesano Telmo Yáñez, que inicia un viaje desde Estella (Navarra) hasta la Bretaña francesa para colaborar en la construcción de una catedral e investigar la desaparición del maestro que inicialmente dirigía las obras. El joven se verá entonces envuelto en una intrigante trama en la que irán apareciendo diferentes personajes que retratarán una Baja Edad Media caracterizada por el peso de la religión sobre el arte y las luchas entre las diferentes órdenes religiosas.

Personalmente, he de confesar que este libro no estaba entre mis prioridades a la hora de elegir las lecturas de la asignatura y que el motivo que me llevó a incluirlo en ellas fue la mera presencia, y disponibilidad, en la biblioteca municipal. No obstante, reconozco que La Catedral me enganchó prácticamente desde el primer capítulo y la causa fue el estilo del autor: escrita de forma sencilla, la obra atrapa al lector con una historia que César Mallorquí va dosificando perfectamente. De hecho, quizá sea un recurso un poco pueril -o juvenil, si se prefiere- pero terminar los capítulos insinuando lo que sobrevino después cuando esto supone una ascensión hacia el clímax, y aunque se podría pensar que se abusa ligeramente de este recurso, funciona a la perfección cuando lo que se pretende es encantar al lector para que siga inmerso en las páginas. Me parece que la novela está muy bien narrada y, sobre todo, muy bien tramada: todos los cabos quedan atados al final -pese a que el libro se cierra con un fin abierto, dejando a Telmo a punto de iniciar nuevos viajes, físicos e iniciáticos-, cobrando sentido detalles que el autor ha ido colando en las páginas anteriores y que, en un primer momento, pudieron parecer insignificantes. El desenlace de los hechos, además, se va desarrollando de forma cronológica e in crescendo, de forma que el devenir de nuevos problemas o misterios no cesa hasta el último momento. Por otro lado, me parece que el estilo del autor es muy descriptivo, lo que agiliza, sin duda, la lectura, y en ciertos momentos me parecía estar viendo una secuencia de alguna película. Y, como siempre que leo una novela histórica, terminé preguntándome qué podía haber de real en ella ya que, además, el propio autor juega con esta posibilidad al citar al final un símbolo masónico ideado presuntamente por el protagonista y presente, asegura, en muchas construcciones medievales. Internet me permitió averiguar que al menos el pueblo en el que se desarrolla la mayor parte de la historia, Kerloc'h, existe, y fue visitado por el propio autor de la novela cuando la estaba escribiendo, como detalla en su blog (fraternidadbabel.blogspot.com). De hecho, la fotografía que encabeza este comentario pertenece al lugar; a la izquierda se sitúa la zona en la que se hubiera levantado la catedral.

Como lectura para los adolescentes, opino que puede funcionar perfectamente por varias razones, pero, sobre todo, por la propia historia y por cómo se cuenta. También podría ayudar el hecho de que el protagonista es un joven, lo que contribuiría a una mayor identificación de los lectores, y, aunque estar ambientada ocho siglos atrás podría dificultar esa conexión, me parece que el estilo y la trama conseguirían, en muchos casos, superar esa inicial adversidad. De hecho, creo que la principal virtud que La Catedral podría tener en clase es la de fomentar la lectura entre los jóvenes, aunque también podría servir para trabajar cuestiones históricas o teológicas y, centrados en la competencia lingüística, ahondar en un vocabulario específico, teniendo en cuenta que el libro está plagado de un léxico que, seguramente, los jóvenes de ahora no utilicen o, incluso, desconozcan.