lunes, 31 de octubre de 2011

Arapur, arapir

Erase una vez en un reino muy, muy lejano, que vivía un rey poderoso muy querido por su pueblo. Este rey se llamaba José Mari, y era conocido por llevar diversos aderezos como pendientes de gran tamaño.

En su corte estaba el mago oriental Chin-Pun. Un día Chin-Pun presagió que un mal cernía a su rey. Empezó a soñar con el demonio, por lo que dedujo que el demonio quería robarle todo el poder a su rey.

Cuando el mago oriental Chin-Pun se lo dijo al rey, éste quedó muy preocupado. Sin embargo, Chin-Pun comentó muy contento: “José Mari, no esté preocupado, porque ahora que sabemos que el demonio quiere robarle el poder, podemos idear un plan para evitarlo”.Y así fue. Ambos idearon un plan, para estar preparados para cuando el diablo llegara.

Un día el diablo apareció en la corte. Lo reconocieron enseguida por su apariencia. Tenía una larga nariz puntiaguda y dos cuernos que le sobresalían del pelo. Chin-Pun estaba preparado, y en cuanto vio al diablo pronunció su conjuro: “Arapur, arapir, muy lejos te vas a ir”

Finalmente, el diablo terminó desterrado encima de una tabla de surf en medio del mar para el resto de la eternidad con una gran ave fénix vigilándolo para que no escapara jamás.

Y Chin Pun, este cuento se ha acabado.

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