Jordi Sierra i Fabra es uno de los autores españoles más leídos y premiados en la actualidad, y esta obra es un claro ejemplo del por qué.
Campos de fresa, contra todo pronóstico sobre el título, no tiene nada de color de rosa, sino que es una una novela realista sobre las drogas de diseño y las discotecas, es decir, sobre la noche adolescente cuando éstos deciden salir de fiesta. Es un ejemplo de los peligros a los que nuestros alumnos se exponen. La protagonista, Luciana, en una de esas noches, acaba en coma en un hospital por la ingestión de una droga, debatiéndose entre la vida y la muerte.
El resto de personajes son su familia y sus amigos, entre los que destaca su novio Eloy. Éste decide buscar otra de esas pastillas porque los médicos de Luciana no saben a qué se están enfrentado, el resto de la historia narra las aventuras de estos adolescentes que intentan salvarle la vida a su amiga, frente a los personajes negativos de la obra que sólo se preocupan por sus propios intereses como el periodista sensacionalista o los camellos que aparecen.
En esta obra nuestros alumnos pueden verse reflejados fácilmente, y por tanto, es una de las lecturas que seleccionaríamos para explicar en el aula, porque no sólo sale el mundo de las drogas, sino también de enfermedades como la bulimia, representado en la figura de Loreto, una amiga de Luciana, o el poder que tiene la amistad en esta época, y el reflejo de esa juventud, pues aparecen muchos tipos de adolescentes que conviven día a día con nuestros estudiantes.
“Cada año mueren en el mundo docenas de adolescentes por el consumo de drogas de diseño, aparente y falsamente inofensivas. Muchos más sufren comas, alteraciones, depresiones y un sinnúmero de enfermedades psíquicas y físicas. Y es solo el comienzo. Nadia sabe a ciencia cierta cuando los adictos de hoy lleguen a sus puntos críticos y los del mañana sigan alimentando sus cuerpos con las nuevas químicas.”
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