Agustín Fernández Paz, nacido en 1947 en un pueblo de Lugo es autor de numerosas obras de LIJ en lengua gallega. En Cartas de invierno, 1995, nos presenta una obra de misterio y terror que engancha al lector desde el principio. Con tan solo tres personajes, dos amigos y la hermana de uno de ellos, y una sucesión de cartas se forja la historia de una casa embrujada que marcará sus destinos.
Adrián, un joven pintor gallego que ha conseguido mucha fama y reconocimiento decide volver a vivir en Galicia después de haber viajado mucho. A partir de un anuncio un tanto raro que le muestra su amigo Javier, un escritor gallego muy conocido, se lanza y compra una casa maravillosa en plena naturaleza. Al principio todo es perfecto, Adrián está muy ilusionado y se instala cuanto antes. Pero pronto empiezan a sucederle cosas extrañas. El pintor, sin saber a quién confiarle los increíbles sucesos, le a su amigo numerosas cartas contándole los misterios, sin embargo Javier se encuentra de viaje y no las lee. Cuando regresa de su viaje y lee toda la correspondencia atrasada de su amigo pidiéndole ayuda no duda en desplazarse hasta la casa, no sin antes mandar un sobre a su hermana Teresa explicándole lo ocurrido y adjuntándole todas las cartas de Adrián para que entienda la historia y pida ayuda a un amigo comisario en caso de necesitarla.
Cuando Teresa recibe las cartas viaja hasta el lugar acompañada del comisario presintiendo lo peor. Cuando llegan ya hay poco que hacer, sin embargo el misterio sigue sin resolverse y será ella quien por su cuenta intente investigar y obtener respuestas acerca de su hermano y su amigo.
A pesar de las tres voces del discurso, es estilo utilizado es muy claro y no presenta dificultades para un lector de Secundaria. Además, tanto la temática como el imaginario utilizado constituyen el principal atractivo de la obra para un lector adolescente que pretende sentirse atrapado por sus lecturas.
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