miércoles, 9 de noviembre de 2011

La cabeza del dragón

Esta obra nació gracias al empeño de Jacinto de Benavente por renovar el teatro infantil, ya que consideraba que era necesario que este tipo de obras fuera asequible para los niños, pero también apta, temáticamente, para los adultos. Valle-Inclán consiguió ambos requisitos, ya que a pesar de contar con la presencia de duendes o de la magia, también podemos encontrarnos con diversas crítica políticas o referencias literarias, destinadas a un público con más experiencia. A pesar de todo ello y de ser una obra alabada por la crítica, fue repudiada por el público, y únicamente subió a los escenarios el día de su estreno en 1910.

Esta obra apareció en las librerías en 1914 con el título de La cabeza del dragón. Farsa, aunque terminaría llamándose Farsa infantil de la cabeza del dragón. Y Valle la incluiría en su colección Tablado de marionetas, editada en 1926 y 1930.


En ella se narra las aventuras del príncipe Verdemar cuando escapa de su casa, por miedo al padre, y termina en el territorio del rey Micomicón, en una posada donde tiene una pelea con un personaje, Espandián, que jura acabar con él. Pero gracias a una artimaña de un bufón, que estaba en la posada, Verdemar consigue huir vestido de bufón y esconderse en el palacio real donde se encuentra con la princesa Infantina, de la cual se enamora. Pero esta princesa tiene un gran problema porque hay un dragón que la busca. Sin pensárselo dos veces, Verdemar va en busca del dragón, al que consigue dar muerte, consiguiendo así la mano de la princesa, el perdón de su padre y un final feliz para esta historia.

Una de las cosas positivas que vemos en esta obra es el papel de los disfraces, la necesidad de nuestro protagonista de ser otras personas para conseguir sus objetivos, el poder que le otorgan esos disfraces y la libertad que le confieren.

Como toda obra infantil, el príncipe y la princesa terminan juntos, y los personajes negativos en ridículo por sus propias fechorías, mientras que el honor, la valentía y la templanza hacen que nuestro protagonista consiga al fin el corazón de Infantina.

Esta obra estaría destinada a los primeros cursos de la E.S.O., por si fácil lenguaje, su clara estructura, y porque se desarrolla en seis escenarios distintos en muy poco tiempo, todo esto hace que sea fácil su lectura, y amena, consiguiendo que los alumnos no pierdan el hilo de la trama, y que puedan acabar pronto, sin que se les haga muy pesada. En todo momento hay acción, y todo sucede muy rápido. Pero no debemos olvidar la sátira o la crítica que existe en la obra, por eso en algunos casos, algunos de nuestros alumnos pueden no captarla, y que les pase desapercibidas, y hay está nuestra labor como docentes para guiarles y hacerles reflexionar.

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