sábado, 19 de noviembre de 2011

Memorias de una vaca

Esta novela de Bernardo Atxaga está destinada a jóvenes del segundo ciclo de Secundaria y puede llegar a ser muy gratificante para lectores de edades superiores ya que a mí me ha parecido muy interesante y divertida al leerla. Además hace un retroceso en el tiempo para mostrarnos aspectos innegables de la Guerra Civil Española y poder así rememorar ideas tan cercanas de como fue la época y como lo vivieron nuestros antepasados muchos de ellos aún nuestros abuelos.

El libro engloba muchos aspectos a parte del humor y la historia como las siguientes antítesis: la amistad o la enemistad como le pasa a Mo con su amiga La Vache qui Rit, la felicidad o la tristeza, la compañía o la soledad, la guerra o la paz, el entretenimiento o el aburrimiento ya que se aburre con el resto de las vacas porque solo duermen y comen y ella prefiere entretenerse con el juego de las hojas.

Respecto a la voz interior de Mo tengo que decir que le llama El Pesado porque es inoportuna y muchas veces ella cree que le dice lo que tiene que hacer pero es más que eso. Es Pesado la llama Hija Mía y eso marca un vínculo bastante fuerte entre las dos. Le da consejos, otras veces le deja pensar a la vaca por ella misma incluso le invita a que escriba estas memorias y es gracias a eso que Mo ve muchas cosas que no vio en su día como por ejemplo que los dentudos vigilaban la casa de Balanzategui y los hombres del monte bajaban según que vacas había fuera del establo si las rojas o las negras.

Otro personaje que voy a destacar es Pauline Bernardette ya que transmite buenas vibraciones a Mo desde un principio de conocerse y es con ella con quien vive desde hace tiempo. Yo creo que la verdadera amistad está reflejada en ellas porque se quieren, se hacen compañía, se ríen o incluso se defienden como cuando la monja dejó pasar a los seis jóvenes al convento para pasar la noche pero solo se dedicaron a hacer daño y allí estaba Mo para resolverlo todo.

Acabaré con algo negativo y positivo del libro. Lo que menos me ha gustado ha sido el día en que se llevan a las dos vacas al pueblo para las fiestas porque sufren mucho y esa gente en cambio solo ve el lado divertido pero no piensa en ellas mismas. Y, del lado divertido acabaré con lo que más me he reído y es que aunque haya sido muy repetitivo no me esperaba de repente esos comentarios que decían algunas vacas de otras No hay cosa más tonta que una vaca tonta.

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