Memorias de una vaca es un libro escrito por Bernardo Atxaga; o mejor dicho, José Irazu Garmendia, nacido en Asteasu, Gipuzkoa. Licenciado en Económicas por la Universidad de Bilbao, miembro de la Real Academia de la Lengua Vasca-Euskaltzaindia y, ante todo, un apasionado de la literatura que ha demostrado que se puede ser universal escribiendo en euskara.
El libro cuenta la historia de una vaca negra llamada Mo que posee una gran inteligencia, a diferencia de ese dicho popular que dice que "no hay cosa más tonta en este mundo que una vaca tonta". Mo cuenta sus vivencias acompañada de su voz interior, probablemente su "ángel de la guarda" que le ayuda a superar los obstáculos que se le presentan en su día a día.
Por medio de la escritura, Mo, decidida a escribir a partir de la petición que le hace su voz interior, comienza a compartir sus recuerdos de posguerra y a repasar cómo era, por ese entonces, el mundo rural vasco. Para Mo ser vaca no es un orgullo, ya que las vacas tienen una vida muy aburrida, de haber podido elegir, ella hubiese deseado ser caballo o gato. En estas memorias, Mo narra todos los episodios que le han sucedido en su vida desde que nació, sus vínculos con algunas vacas tontas y con otras no tan tontas que luchan por ser algo más que una simple vaca. Mo hace referencia en sus memorias a Pauline Bernardette, una monja francesa que fue su compañera durante varios años y que le enseñó muchas cosas.
Al margen del argumento de la obra, hay que destacar que uno de los componentes más atractivos del libro es el humor, éste juega un papel primordial, lo que hace que Memorias de una Vaca resulte un libro de entretenimiento y diversión. Además, la sencillez y claridad del léxico utilizado, el uso de los diálogos y la cantidad de dichos populares que aparecen en la obra hacen que la lectura resulte muy amena y atractiva.
Por otro lado, como propuesta de lectura en Educación Secundaria, creo que puede funcionar muy bien en el aula por varias razones: por una parte, se trata de una obra divertida, entretenida y fácil de leer y por otra parte, las memorias de Mo finalizan dejando en el aire una posible segunda parte, pues ya dice el dicho popular que "Mientras vive a sus anchas, la vaca va dando largas", por lo que el alumno podrá dar rienda suelta a su imaginación y así, continuar escribiendo las Memorias de esta vaca negra que no era nada Alfa sino Omega.
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