Magda Donato era el seudónimo de Carmen Eva Nelken, periodista, escritora, narradora y actriz, que nació entre 1898 y 1906 (los datos biográficos no son muy abundantes y se contradicen, en parte debido al grado de desatención que ha sufrido la autora) y que en 1914 conocería al que sería su marido, el escritor e ilustrador Salvador Bartolozzi, con el que parece compartir la autoría de esta comedia infantil que tratamos: Pipo y Pipa y el Lobo Tragalotodo. Empezó a utilizar su seudónimo con la intención de buscar una identidad propia y alejarse de la condición de “hermana de” Margarita Nelken, que era su hermana mayor y una personalidad muy reconocida en su tiempo, sobre todo en el campo de la política.
Pipo y Pipa y el Lobo Tragalotodo se estrenó en el teatro en Madrid en 1935 y ha quedado como el ejemplo más representativo de una reforma del teatro infantil, de la que formó parte muy activa Magda Donato, y que continuaba la visión y el ejemplo de la Institución Libre de Enseñanza. Un teatro acorde con el nuevo modelo de socialización que tendrá su máxima expresión durante la 2ª República, y cuyas obras constituirán una revisión de los cuentos tradicionales para establecer una nueva visión de la infancia. Se pretendía que los niños establecieran sus propias relaciones sociales entre ellos y que empezaran a ser un poco más “autónomos” (campamentos, excursiones, vacaciones, actividades de “vida en común”). Gracias al éxito cosechado en la escena, la obra se convirtió en 1936 en un libro profusamente ilustrado con dibujos de Antonio Merlo y algunas fotografías del estreno, con escenografía y vestuarios diseñados por Bartolozzi.
Como comentaba en una entrada anterior sobre Jacinto Benavente, ya se había iniciado a principios de siglo una iniciativa de reforma del teatro infantil, por parte de este autor y que contaba también con la colaboración de Ramón del Valle-Inclán. Tras el fracaso que supuso este intento, Magda Donato se encargó de “recoger el relevo” y darle un nuevo empuje a esta idea de teatro infantil durante los años treinta. Así pues, Donato retomó algunas de las características que lo definían, como por ejemplo: la estructura de las obras siguen el modelo de los episodios, de los viajes; los niños no interpretan los personajes de las obras, utilizan las mismas técnicas para hacer avanzar la aventura, etc. La diferencia fundamental entre ambos está en que escriben para públicos diferentes. Benavente lo hacía para una sociedad dominada por la aristocracia y burguesía tradicional, y Donato para una nueva clase burguesa moderna, con unos niños que tienen tiempo libre para su formación y ocio, que tienen un cuarto propio con cuentos y juguetes, tienen niñeras, están formando su libertad, están adquiriendo los rasgos que conformarán su personalidad, etc.
En cuanto a los personajes, Pipo, el protagonista, es un chico fuerte y decidido, un héroe que lucha por lo que cree que es justo y bueno. Un ejemplo a seguir. Los demás personajes son animales que hablan (fábula), o hadas, ogros, magos y demás seres fantásticos, que hablan racionalmente y pretenden transmitir enseñanzas positivas a los niños. Como ejemplo claro tenemos la primera escena de la obra: Pipa, la simpática perrita de Pipo, en un momento de vanidad, miente a su amo y le dice que un día pescó un tiburón enorme. Pipo sabe que eso es imposible e intenta, sutilmente, conseguir que Pipa acabe diciendo la verdad por sí misma.
PIPO.- (AL PÚBLICO) Mi perrita es una embustera; pero ahora veréis. (A PIPA) Vamos a sentarnos ahí en ese parapeto, que por cierto tiene una particularidad rara.
PIPA.- ¡Ah!, ¿sí? ¿Qué es?
PIPO.- Pues mira: todo el que se sienta en él, si ha dicho durante el día alguna mentira se cae al agua y se ahoga sin remedio.
Así Pipa, ante el miedo a ahogarse, va poco a poco reconociendo que ha exagerado, para acabar confesando toda la verdad: que lo que pescó era una sardina y ni siquiera había sido ella misma, sino que estaba viendo a un señor pescándola. Podemos decir, por tanto, que lo principal en las obras de Donato es el equilibrio que existe entre lo racional (que intenta enseñar cosas a los niños) y lo imaginario (que capta su atención). Además, tiene una característica muy novedosa, y es que se suele dirigir directamente al público, como se ha visto también en el fragmento anterior. Se desarrolla una historia con diversos peligros y aventuras, que tendrán buen final gracias en parte a la ayuda de los niños buenos del público, a los que se pedirá ayuda en momentos puntuales para que hacerles partícipes de la historia.
Ana Ferrández Cobo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario