He leído el libro titulado escenarios fantásticos del autor Joan Manuel Gisbert. Este libro infantil, que se lee a partir de los 9 años, es un clásico de la literatura infantil y se publicó por primera vez en 1979. En el libro se entrelazan tres historias fantásticas distintas que finalmente tienen un mismo protagonista, el mago Demetrius Iatopec. Digo finalmente porque en los tres capítulos que tiene el libro (Jardines del dirigible, La danza de las imágenes gigantes y El parque de atracciones del Arco Iris.) aparecen en primer lugar otros personajes, pero finalmente acaba por aparecer el mago, que incluso cambia de nombre en el tercero de los capítulos. En el primer capítulo, el protagonista parece ser un anciano que ante la pena por la demolición de la fábrica a lado de la cual vive, construye una maqueta rememorándola y luego la entierra donde estaba la fábrica real y automáticamente aparece un espejismo de la misma. Para eliminar este espejismo contratan al mago Demetrius Iatopec, un experto cazador de espejismos para que se lo lleve. En el segundo y en el tercer capítulo, un periodista, Nathaniel Maris, narra dos aventuras que le suceden junto a este mago. En la primera leemos como el mago trata de enseñar al mundo sus espejismos por medio de un espectáculo que sale mal y no puede realizarse y en la segunda, cómo el mago Demetrius tras recomponerse de su fracaso anterior crea un parque de atracciones y un enemigo intenta destruirlo.
Durante todo el libro las palabras que más se repiten son los adjetivos fantástico e imaginativo. Y eso es precisamente lo que es el libro. Es una sucesión de descripciones fantásticas que ponen en marcha la imaginación del niño. El autor capta la imaginación de l receptor, describiendo imágenes y hechos imposibles de manera real, utilizando un gran numero de adjetivos descriptivos, que hacen que lo que se describe se dibuje en la mente del pequeño lector. Además, Joan Manuel Gisbert se vale para ello de un amplio léxico, que en ocasiones puede resultar desconocido para un niño de 9 años, como por ejemplo voraz, exhaustivo, insignia o apoteósico. Por otro lado, utiliza construcciones oracionales complejas, y frases hechas que pueden ayudar a aumentar la capacidad lectora del niño.
Me llama la atención que en un libro de literatura infantil aparezcan alguna palabras en otro idioma como Mister, que es el nombre que utiliza el periodista para dirigirse al mago. O clown, para referirse a payaso. Además casi todos los nombres propios que aparecen en el libro no son españoles (el nombre del periodista, Imagination, la revista donde trabaja, Giorgio, otro de los personajes…). No creo que esto haga más difícil la lectura del libro por parte del niño, ya que este esta acostumbrado a lidiar con este tipo de “problemas” cuando ve películas o dibujos animados extranjeros doblados al español o juega a videojuegos.
Cabe destacar que, además de despertar la imaginación del niño, el libro también despierta otro tipo de valores, como la amistad, o sentimientos, como el miedo a la venganza, la curiosidad o las ganas de diversión, que lo enganchan a él hasta hacerle creer vivir ese mundo de fantasía.
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