viernes, 11 de noviembre de 2011

Escenarios fantásticos, el poder de la imaginación.

Joan Manuel Gisbert, el autor de esta fantástica obra, ha sido premiado en muchas ocasiones por sus libros, premios que van desde el Lazarillo o el Gran Angular hasta El Barco de Vapor o el Nacional de Literatura Infantil. Pero como lo que más nos interesa es la obra en sí, vamos a adentrarnos en el mundo de los espejismos de Demetrius Iatopec.

La historia comienza con un gran espejismo que se genera en una ciudad de una fábrica abandonada y la presentación de este mago que viene a capturarla. Este personaje se dedica a recoger estos espejismos con la idea de crear un fantástico circo de espejismos y la danza de estas imágenes. Pero el resultado no saldrá bien, y Demetrius tendrá que huir y esconderse del resto del mundo junto a sus amigos por un largo tiempo.

Y a partir de aquí comienza la verdadera historia de nuestro protagonista, Nathaniel Maris, un periodista especializado en temas relacionados con lo fantástico y lo imaginario, y todo lo que concierne al mago Iatopec le entusiasma. Tanto es así que después de todos esos años de desaparición, llega a sus manos una invitación de un tal Apolonius Dragotev al Parque de atracciones del Arco Iris, e irremediablemente reconoce en él la figura del mago Iatopec. Pero parece ser que el destino de este mago pretende jugar una vez más con él y la apertura de este parque también parece estar avocada al desastre, aunque esta vez cuenta con la ayuda de Nathaniel, y en esta ocasión no será un simple espectador como en el circo de espejismos.

Cuando llega al parque de atracciones Iatopec le cuenta que un personaje, Buenaventura Mestres, está saboteando la apertura y tiene de rehén a un compañero, Giorgio, por lo que una vez presentado el caso, deciden ponerse a registrar todo el parque en su búsqueda. Y solo gracias a Nathaniel consiguen rescatar a Iatopec, ya que el verdadero Iatopec es en realidad el secuestrado y el secuestrador es Giorgio, y tras denunciarlo y entregarlo a la policía, se dedicaron a preparar todo para la gran inauguración que fue un gran éxito, y así tras tantos años de esfuerzo vieron por fin cumplidos sus sueños abriendo una nueva dimensión al mundo de las diversiones de la humanidad.


Pero lo realmente fascinante de este libro es la cantidad de imaginación que desborda sus páginas en las descripciones de los espejismos por un lado como El faro que despertó a los fantasmas, y por otro lado las distintas atracciones del parque Arco Iris que Nathaniel va descubriendo poco a poco durante el registro del mismo como la Cámara de las cosquillas, el Túnel que lee los sentimientos, la Música que llueve.... y así podría ir nombrándolos todos. Lo único que me queda por decir es que si ese parque realmente existiera, podríais buscarme allí.

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