viernes, 9 de diciembre de 2011

CAMPOS DE FRESAS

Campos de fresas es un libro escrito por Jordi Sierra i Fabra en el año 1997. Está inspirado en dos historias de dos chicas de 18 años, Leah Betts, que murió a los cinco días de estar en coma y Helen Cousins, que despertó a los dos meses de estar en coma y su primera frase fue "No bailes con la muerte". Esta frase es la que nos revela el verdadero tema del libro. Quizás pueda resultar duro pero refleja la realidad de muchos jóvenes por las noches en las discotecas: bailar con la muerte, metiéndose en el cuerpo tantas porquerías para resistir un poco más y pensar que no se lo habían pasado mejor en su vida, cuando realmente es una sensación artificial. Pues bien, este es precisamente el tema sobre el que trata el libro. Se nos muestran los pensamientos, vivencias y sentimientos de varios personajes relacionados con Luciana a cada minuto de su angustiosa situación, incluso nos muestra los pensamientos de Luciana desde el coma comparándolo con una partida de ajedrez. El lector siente con horror cómo las dudas la debilitan poco a poco.


Jordi Sierra i Fabra, nacido en Barcelona en 1947, es un escritor apasionado y apasionante que comenzó a escribir desde niño; pero que le debe al mundo de la música sus primeras publicaciones. Es un autor muy leído y premiado. Su obra aborda muchos géneros como ciencia ficción, novela policíaca, historia, poesía, realismo crítico, etc. La literatura de Sierra i Fabra se caracteriza por un uso hábil de los procedimientos narrativos. Su estilo, directo, está marcado por los diálogos, el ritmo, las frases cortas, la intensidad y el suspense. En este y otros libros incide en temas duros, habitualmente poco dados e, incluso, censurados en la literatura para jóvenes.


Jordi Sierra plantea el argumento de un modo eficaz e inteligente, de manera que penetramos de inmediato en esa realidad terrible, que escoge a Luci, pero que en realidad todos a su alrededor también la sufren. Todos los amigos han jugado a la ruleta rusa, pero sólo a Luci le alcanza la bala. El resto siente como se congelan sus entrañas al ver lo que le pasa después de tomar éxtasis y se mueven en una atmósfera delirante.


El hecho de que la narración se aproxime a un hecho real debería servir de suficiente revulsivo. Pese a la crudeza de la narración, el autor se confabula con el lector para mostrarle que en cada uno de esos fragmentos reales que nos rodean existen vibraciones positivas capaces de enseñarte el lado amable de lo cotidiano: amigos, padres, sueños, amores y experiencias que nos vitaminas para seguir adelante.


El tiempo es el tiempo de la agonía del coma de la joven, un tiempo fragmentado que sirve para contar lo que sucede en el inconsciente de Luci, pero también recorre el avance de la investigación policial, las pesquisas de los jóvenes, la angustia de unos padres. En cuanto al espacio es importante mostrar la atmósfera en la que se mueven los personajes: el ambiente psicodélico de la discoteca, por ejemplo. Los diálogos se desenvuelven con sencillez, con un lenguaje fluido y cercano, tampoco altera el curso de los acontecimientos las descripciones de los protagonistas son breves y precisas, algunas apenas se esbozan, de manera que no alteren el pulso de los acontecimientos.


El autor consigue nuevamente un estilo rápido y eficaz que logra mantener en vilo al lector. Es significativo como se capta el sentimiento de angustia, de claustrofobia que contrasta con la indecisión de la protagonista, cuya lentitud se adecúa plenamente a la situación. Con ese juego, Jordi Sierra consigue mantener la emoción, acelerar el pulso del lector, cuyas corazonadas sólo se disipan en el último aliento de la obra.


Al leer Campos de fresas nos encontramos ante una novela realista sobre las drogas de diseño y las discotecas a través de una historia tan contundente como explosiva. En mi opinión merece la pena que alumnos de 3º de E.S.O la lean para que intenten comprender y concienciarse de un problema tan grave que cada vez va a más.

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