viernes, 9 de diciembre de 2011

CAPERUCITA EN MANHATTAN.

Caperucita en Manhattan es una versión modernizada del cuento tradicional “Caperucita Roja”, popularizado por Charles Perrault y los hermanos Grimm. La autora utiliza los elementos propios del cuento, tanto personajes como algunos conceptos, con la excusa para tratar temas importantes como la educación actual, el excesivo individualismo y la sociedad conservadora.

La protagonista es Sara Allen que a sus diez años sueña con pasearse sola por el más famoso barrio de la ciudad de Nueva York, Manhattan. La historia se desarrolla mayoritariamente ahí y en Central Park y hace uso tal y como hemos dicho de los personajes tradicionales. Así, crea diferentes paralelismos: Manhattan es un escenario urbano, tan lleno de peligros como de posibilidades que sustituyen al bosque tenebroso del cuento tradicional; el Dulce Lobo, un afamado pastelero, en lugar del Lobo Feroz... y la protagonista, igualmente una niña en tránsito de la niñez a la adolescencia. A lo largo de la historia se aprecian dos claras dicotomías: su madre que representa el orden, la rutina cotidiana y la aceptación de las normas, y lo contrario que es representado por su abuela: el desorden doméstico, la soledad de la independencia y la alegría de vivir, incluida la cierta afición que la anciana tiene de tomar alguna que otra copitas de licor. Bajo mi punto de vista, la aventura en esta novela tiene nombre propio: miss Lunatic. Sin duda creo que es el personaje que más se recordará una vez finalizada la lectura, su nombre es sinónimo de magia, alegría y, sobre todo, libertad.

En conclusión, creo que Caperucita en Manhattan es una obra muy adecuada para su aplicación en el aula debido a su facilidad para ser leída y lo entretenida que, por lo menos a mí, me ha resultado su trama. Creo que puede ser muy fructífero como docentes tener en cuenta las “palabras” que muchísimas veces Sara se inventa. La invención de palabras también constituye una ruptura de las normas, y el profesor podría aprovechar esto para impulsar la creatividad de sus alumnos. Además de por el valor literario que creo que poseen sus personajes y las múltiples referencias que hace a varios lugares y personas reales. Bajo mi punto de vista, todos estos aspectos podrían ser muy útiles para el docente, pienso que se trata de una obra que leída simplemente por placer, no defraudará ni a jóvenes ni a adultos.

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