Antoniorrobles se ha dedicado en cuerpo y alma a la literatura infantil, ha sido un escritor muy galardonado y reconocido por la crítica. En su vida aparece un personaje llamado Rompetacones, al que dedicará varios libros, a su figura y a sus vivencias.
Rompetacones se divide en varios capítulos breves, con una letra grandiosa y matizada en formas, y adornado con dibujos en rojo y negro. Los paratextos, a mi juicio, desfasados, podrían llamar la atención de los niños de otras épocas pasadas, pero dudo mucho que en la actualidad llamen la atención de alguno.
Cualquiera de las secuencias narra, a modo de cuento disparatado, las peripecias de Botón Rompetacones, un muchacho de buen corazón al que le gusta divertirse leyendo y jugando. Es innegable que la imaginación del autor se dibuja inmensa y en ocasiones, extravagante, lo vemos en la sola descripción del protagonista, que sostiene en su cabeza un sombrerito redondo con un tenedor clavado. Intercala acontecimientos reales, como por ejemplo el viaje de la familia de Botón Rompetacones en el coche de Don Cuco-Pan hacia una finca en las orillas del mar, con sucesos fantásticos y mágicos, como el accidente de éstos en coche salvados por agarrarse a los neumáticos del coche al caer al agua, y rescatados por el mensaje que encierra una bocina en forma de serpiente que habla. Toda la obra sostiene aventuras desmesuradas con objetos cotidianos (una bocina, un lápiz, un tenedor-rey) que se convierten en los auténticos héroes y activos creadores de descabelladas hazañas. La intención del autor es potenciar la imaginación del lector primerizo haciéndole creer que los mundos mágicos, divertidos y misteriosos pueden esconderse tras la mentalidad de cada uno, en cualquier objeto que tenga en un rincón de su casa.
Aunque en una primera toma de contacto pueda parecer que lo escrito en las páginas no tenga ningún fin moralizador, entre sus líneas sí podemos extraer sabias moralejas, aunque no demasiado elaboradas.
Quizás tras crecer se pierda el poder de imaginar y disfrutar con las locuras de este personajillo, porque desde mi punto de vista la lectura se me ha hecho densa, y no he logrado reír con ningún episodio. Lo que sí ha despertado mi curiosidad es la presencia incesante de mariposas y aeroplanos, sin lograr disipar la intención de su uso reiterativo.
viernes, 16 de diciembre de 2011
“La bocina es la serpiente que una vez salvó a la gente”
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