Juan Ramón Jiménez Mantecón (Moguer, Huelva 23 de diciembre de 1881– Puerto Rico, 29 de mayo de 1958)realiza en 1914 la primera selección de 63 capítulos de su obra Platero y yo. En 1917 sale a la luz la edición completa formada por 138 capítulos. En 1956 se le entrega el Premio Nobel de Literatura en reconocimiento al conjunto de su obra. La primera selección de capítulos fue catalogada como literatura infantil, ésto sumado al título del prologuillo que el propio autor escribió “Advertencia a los hombres que lean este libro para niños” hizo que la primera selección menor fuera considerada para un púbico infantil. Sin embrago, la obra completa no es una lectura propia para este sector de la población, ya que contiene capítulos de gran dureza, como la muerte, además de tintes de crítica social.
Platero y yo narra la vida y muerte de un burrito llamado Platero a quien ha humanizado su dueño y a quien éste considera su mejor amigo. Platero se comporta con un niño y es así como se refleja en la obra. Su carácter infantil, bondadoso e ingenuo hace que los niños se puedan sentir identificados con el protagonista. La gran riqueza descriptiva que presenta la obra puede ayudar a incentivar la imaginación o la creatividad del lector. Aunque es cierto, que hay mensajes más confusos que un lector joven no podría descifrar y se quedaría en la superficie de la obra sin llegar a entender los mensajes que contienen crítica social. La naturaleza está muy presente dentro de la obra, así como la vida rural y el folclore con matices autobiográficos del autor, quien recuerda constantemente la localidad onubense de Moguer.
Considero que no se trata de una obra dirigida a un público infantil, ya que como ya se ha expuesto, no se podría comprender en su totalidad. Sin embrago, el hecho de que sus capítulos no mantengan un hilo argumentativo entre ellos, hace que sí se puedan seleccionar unos cuantos, como haría su autor en 1914, y aplicar la lectura en el aula, ya que el poder descriptivo y los valores hacia la naturaleza y los animales son muy sensibles dentro de la obra.
Platero y yo narra la vida y muerte de un burrito llamado Platero a quien ha humanizado su dueño y a quien éste considera su mejor amigo. Platero se comporta con un niño y es así como se refleja en la obra. Su carácter infantil, bondadoso e ingenuo hace que los niños se puedan sentir identificados con el protagonista. La gran riqueza descriptiva que presenta la obra puede ayudar a incentivar la imaginación o la creatividad del lector. Aunque es cierto, que hay mensajes más confusos que un lector joven no podría descifrar y se quedaría en la superficie de la obra sin llegar a entender los mensajes que contienen crítica social. La naturaleza está muy presente dentro de la obra, así como la vida rural y el folclore con matices autobiográficos del autor, quien recuerda constantemente la localidad onubense de Moguer.
Considero que no se trata de una obra dirigida a un público infantil, ya que como ya se ha expuesto, no se podría comprender en su totalidad. Sin embrago, el hecho de que sus capítulos no mantengan un hilo argumentativo entre ellos, hace que sí se puedan seleccionar unos cuantos, como haría su autor en 1914, y aplicar la lectura en el aula, ya que el poder descriptivo y los valores hacia la naturaleza y los animales son muy sensibles dentro de la obra.
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