martes, 6 de diciembre de 2011

Sobre Cartas de invierno




¿ Por qué he leído estooooooo? Sobre Cartas de invierno de Agustín Fernández Paz.

Buscamos leer cosas que nos hagan sentir, que nos hagan pensar… en definitiva, lecturas que nos recuerden que estamos vivos.
Como diría un sudamericano “buscamos cosas que nos hagan temblar el piso” y desde luego que con Cartas de invierno nos tiembla el piso… y nosotros con él; sobre todo Cuandode noche llaman a la puerta, de nochecuando para amenizar una noche de acampada con los amigos algún gracioso nos cuenta Cuentos al amor de la lumbre …; y cuando en el silencio y la soledad de la noche creemos ver monstruos en La sombra del gato… y otros cuentos .
Cartas de invierno nos sitúa en una casa abandonada de un pueblo de Galicia, de donde es oriundo el autor de la novela, el premiado Agustín Fernández Paz (1947) ; en la que , como no es de extrañar, los acontecimientos van de lo normal a lo paranormal como si de una misma realidad se tratara.
Nos encontramos en este caso con la historia del personaje Adrián Novoa, artista plástico de prestigio, quien, tras una apuesta con su amigo, el también reputado escritor Xavier Louzao,decide comprar una casa anunciada en un periódico como “encantada” .
Tras esta temeraria compra, Adrián decide relatar por carta todos los acontecimientos relativos a su nuevo hogar en Doroña . Al principio las cartas no contienen más que los progresos
que Adrián hace en la reforma de su casa. La extraña forma de ocultarle información acerca de su nueva casa que tiene la gente del pueblo. La relación que tiene con la gente del pueblo, con el bar Sttutgart y con su dueño Bieito. Y las muchas ganas que tiene de ver a Xavier y de que vaya por fin a su nueva casa, donde encontrará el silencio y la soledad que busca cualquier artista.
Las siguientes cartas, que Xavier lee una vez ha vuelto de su estancia en Quebec, toman tintes más tenebrosos y alarmantes. En este caso Adrián relata las inquietantes llamadas de teléfono que recibe, los faxes que le envían… aún estando desconectado el teléfono; y aún cuando nadie tiene su número ni su nueva dirección.
Finalmente, el desencadenante del misterio y del terror de Adrián es un libro grueso, encuadernado en piel, que recoge gráficamente obras de arte entre las que se encuentra un asombroso cuadro que no aparece incluido en el índice del libro.
Será a partir del relato que Adrián redacta en las cartas que dirige a Xavier; y de las pruebas fotográficas que adjunta en sus cartas, que éste comienza a temer por la vida de su amigo y decide ir en su búsqueda.
Nos hallamos pues frente a una historia de miedo sustentada en la expresión artística.
Por un lado contamos con la visualización de los personajes de “un cuadro” en un libro de arte; por otro, con la lectura de las cartas que el protagonista de los hechos envía a su amigo. Podríamos decir que se trata de un libro “meta-artístico”, que recoge formas de expresión insertadas en una forma de expresión globalizadora y más general, como es un libro.
Además el libro plasma la vida del artista, el aislamiento de su producción, la inmersión del artista en las grandes ciudades, el éxito, y la soledad.
Nos encontramos pues, ante una obra que cumple con los requisitos indispensables para transmitir esa sensación turbadora que como lectores andamos buscando. Una obra que además pone de manifiesto el valor de la amistad, del amor de hermana; el valor de la obra artística como
transmisora de mensajes que se aprecian con la mera observación; y sobre todo, el valor de la palabra escrita como emisora de mensajes que buscan ser descodificados... para conseguir “la supervivencia”.

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