viernes, 9 de diciembre de 2011

Caperucita en Manhattan de Carmen Martín Gaite


MARTÍN GAITE, Carmen: Caperucita en Manhattan, Madrid, Siruela

Caperucita en Manhattan es una obra de Carmen Martín Gaite (1925 – 2000). Esta escritora salmantina fue una de las figuras más importantes de las letras hispánicas. Martín Gaite se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca. Entre sus logros, esta autora destaca por haber sido la primera mujer a la que se le concedió el Premio Nacional de Literatura con El cuarto de atrás en 1978, y por haber sido una de las personas más premiadas del mundo de la literatura. Recibió premios tan importantes como: el Nadal, el Anagrama de Ensayo, el Príncipe de Asturias, la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes y la Pluma de Plata del Círculo de la Escritura en otros.

Caperucita en Manhattan fue publicada por primera vez en 1990 por la editorial Siruela. La obra ha tenido tanto éxito que se ha convertido en uno de los clásicos de la LIJ. Este año 2001, la editorial ha sacado la 50 edición de la obra en la colección de Las Tres Edades.

El título de la obra hace una clara referencia al cuento de Charles Perrault. Efectivamente, Caperucita Roja forma una parte fundamental de la trama de la novela, puesto que Martín Gaite se basa en este cuento para hacer una nueva versión más actulizada. Sin embargo, no es la única narración infantil a la que la autora alude en esta obra: Alicia en el país de las maravillas estará muy presente también, puesto que Sara también tiene algo del personaje de Alicia, incluso en el final del libro podemos ver como la niña "atraviesa la madriguera del conejo". Así pues, Caperucita en Manhattan es una reelaboración de un cuento de hadas tradicional al mundo moderno.

El libro de Martín Gaite nos cuenta la historia de Sara Allen, una niña de diez años que vive en Nueva York. Sara vive con sus padres en el barrio de Brooklyn, y cada sábado suele ir con su madre a casa de su abuela para arreglarle la casa y llevarle una tarta de fresas. Durante ese trayecto en metro hasta la casa de la "abuelita", a Sara le gusta dejar volar su imaginación e inventa historias sobre diferentes personas y lugares. Nuestra protagonista es una niña inteligente y soñadora que tiene una gran fantasía. A Sara le encanta leer y viajar con la imaginación, pero lo que más desea, por encima de todo, es ser libre. Y esa libertad se ve profundamente coartada por la sobreprotección de su madre, Vivian, una mujer miedosa y tradicional que nada tiene que ver con el carácter de su abuela, Rebecca Little, una mujer actual, independiente y divertida.

Así no era de extrañar que, en el momento que pudo, Sara se escapara sola para poder disfrutar de la ciudad. En el metro conoce a Miss Lunatic, una vagabunda bastante peculiar, y se hacen amigas. Miss Lunatic le confiesa que es, en realidad, Madame Bartholdi, la madre del escultor de la estatua de la Libertal, es decir, la modelo de la misma. Al despedirse de ella, en Central Park, le obsequia a Sara con una moneda que le permitirá entrar en una alcantarilla para poder acceder a la Estatua de la Libertad, que es lo que más desea Sara en el mundo.

Después, Sara conoce a E. Woolf, un pastelero millonario y codicioso que quiere hacerse con la famosa receta de la tarta de fresas de la abuela de Sara. Para ello, pretende engañar a la niña convenciéndola de que fuera a casa de su abuela en otra limusina (él ya ha dado intrucciones previas al chófer para que diera un buen rodeo); de este modo, él llegaría antes a ver al que fue un antiguo amor, puesto que Woolf estaba enamorado de la abuela cuando ésta era la cantante Gloria Star.

En el trayecto de la limusina, Sara se queda dormida y cuando despierta, le pide al chófer que la lleve a Battery Park para poder ir a ver la Estatua de la Libertad. El chófer interrumpe a Sara cuando ésta se dispone a entrar por la alcantarilla, de modo que la lleva a casa de su abuela. Allí, Sara ve cómo su abuela y Mister Wolf bailan, por lo que decide regresar a la alcatarilla de la Estatuta y cruzar al otro lado, donde intuimos que podrá vivir extraordinarias aventuras.

Por lo que respecta a la estructura del libro, podemos decir que la obra está contada en tercera persona; el narrador omnisciente conoce todos los detalles de la historia, aunque no forme parte de ella. El lenguaje que utiliza la autora es muy sencillo, y su estilo narrátivo es rápido y dinámico. A pesar de que haga muchas descripciones, no resultan nada aburridas ni pesadas.

Sin duda alguna, el tema fundamental de la obra es la libertad. Al leer el libro, se nos proporciona la oportunidad de reflexionar sobre esta cuestión y sobre cómo vivimos nuestra vida. Este apecto, sumado a la facilidad de la lectura, me hacen plantaerme esta obra como una buena elección para trabajarla con alumnos de 1º o 2º de E.S.O.

Mª Ángeles Jerez Pomares

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