viernes, 16 de diciembre de 2011



El libro de las Malicias

Miquel Obiols

Ilustrado por Miguel Calatayud

Este libro infantil nos relata mini historias de la protagonista, Alicia, una niña pequeña y rubia. Son historias cortas con mucho sentido del humor que deleitarán tanto a niños como a adultos. Es la fantasía de una niña llevada al límite, ya que deforma completamente la realidad

No podemos ignorar la similitud entre la Alicia de esta obra y la Alicia de Lewis Carrol. Y esto es así por varios motivos, como el título, el toque fantástico e irreal de los acontecimientos y su narración, las situaciones sin sentido, etc. Por otro lado, las ilustraciones también hacen referencia constante a las novelas de Carroll, como los personajes que Calatayud incluye, donde vemos a la reina de corazones, el gato, el sombrerero, el unicornio, la serpiente y un reloj. Sin embargo, las historias y los sentimientos de Alicia también tienen una relación.

Alicia se enfrenta a peligros, como cuando casi le tritura el camión de la basura o le aplasta un coche.

Alicia no entiende bien el mundo que le rodea. Sus familiares le vuelven loca, y ella no entiende como los adultos pueden ser tan contradictorios. Finalmente estalla y se rompe en muchos pedacitos. Desde mi punto de vista, la única manera que tiene de resolver ese rompecabezas, que curiosamente es ella misma y sus pedacitos, será ir cogiéndolos mientras crezca de manera que vaya aprendiendo las pautas del comportamiento. Así, e completará a ella misma cuando crezca y comprenda las visiones de los adultos.

La historia de Alicia con el televisor interpreta una realidad mediante una serie de metáforas. El televisor fuma, es decir, apesta. Su volumen le molesta, y todo esto porque no emite más que porquerías.

También vemos el mundo al revés cuando Alicia muerde a un perro, al que tendrán que poner la antialiciatetánica. Además, el perro habla y Alicia ladra.

Alicia, para evadirse, encierra a sus familiares en lugares insospechados, lo que no recuerda al control permanente de los adultos sobre los niños.

Cuando Alicia busca que ponerse en la nevera, donde está todo conjelado, y termina cambiándose el color de ojos, vemos la preocupación estética que tiene una niña de su edad, con el toque sin sentido de la historia que refleja que cualquier cosa que se ponga estará bien, y nos enternece ver lo adorable que son los niños.

Las historias y las ilustraciones nos transportan a un mundo fantástico, intenso e imaginativo. A manos de una niña traviesa, el que lea esta obra quedará encantado por la maestría de los autores y el contenido cómico. A mi personalmente me ha encantado, y seguro que leeré más obras infantiles de Obiols.

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