sábado, 17 de diciembre de 2011

CAPERUCITA EN MANHATTAN, Carmen Martín Gaite


Caperucita en Manhattan lo escribió Carmen Martín Gaite que nació en Salamanca en 1925 y murío en Madrid en el 2000. Ganó algunos premios como el Premio Nadal o el Premio Príncipe de Asturias de las letras.

Con tan solo leer el título ya podemos hacernos una idea de lo que tratará este relato. Caperucita roja de Perrault es un cuento que prácticamente lo ha leído y lo conoce todo el mundo, donde los personajes principales son la niña, la madre, la abuela y el lobo. En el relato de C.M. Gaite encontraremos un paralelismo de los personajes con Sara Allen que es la protagonista y lleva un capuchón rojo como la caperucita de Perrault; con la madre que hace unas tartas de fresa riquísimas, que semanalmente le llevan a la abuela Rebeca. La abuela vive sola en la otra parte de la ciudad. Y el señor Woolf que es la representación del lobo de Perrault. Es un gran empresario pastelero con mucho dinero, pero no acaba de ser feliz porque la tarta de fresa no le sale del todo buena como a él le gustaría que le saliera. He de añadir que en Caperucita en Manhattan aparecen nuevos personajes que no salían en el cuento tradicional, como es el personaje de Miss Lunatic, una mujer con aspecto de vagabunda pero con muy buen espíritu. Resulta que Miss Lunatic por el día es una vagabunda que va de un rincón para otro por Manhattan escuchando a todo aquel que le quiera contar cualquier historia, y durante la noche es la misma Estatua de la Libertad, como así le cuenta a Sara Allen.

La abuela y Miss Lunatic son la verdadera ayuda para Sara en la búsqueda de la madurez y la independencia.

A pesar de la similitud del cuento con el relato de C.M. Gaite, es muy evidente que Caperucita en Manhattan, como el título ya bien nos advierte, se desarrolla en la gran ciudad de Nueva York y a finales del siglo XX. El espacio ya no es el pueblecito con un bosque por medio de Perrault, la historia tendrá lugar en la inmensidad de Manhattan, que descrito desde un punto de vista juvenil, “tiene forma de jamón” con un “pastel de espinacas”, Central Park.

Para terminar, el relato de C.M. Gaite tiene un “happy end, pero sin cerrar”, y en mi opinión es una buena manera de darle rienda suelta a la imaginación del lector. Es un libro para todo tipo de lectores: niños, jóvenes y no tan jóvenes, porque tiene un lenguaje muy sencillo y claro que permitirá una lectura amena, agradable y rápida; el lector no querrá dejar de leer.

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